lunes, 21 de marzo de 2011

El Periodismo y la Realidad


En el periodismo se habla mucho sobre la “realidad”, siendo entendida ésta como el apego a la verdad, es decir, captar, retractar, escribir con objetividad el tema o suceso del que se trate. Sin embargo, siento que el periodismo se encuentra muy rejos de reproducir la realidad por dos notables razones; primera, la realidad como tema ideológico y segunda, la realidad actual de la profesión.
La “realidad” es un tema algo complicado, es entrar en  asuntos filosóficos, no obstante considero necesario irrumpir, aunque muy superficialmente, en la cuestión.
Hablar de “realidad” es manifestar aquello que uno cree, aquello que se percibe de manera personal a través de los sentidos. Cada persona construye esa realidad de forma diferente, desde sus conocimientos y contexto, es precisamente por ello que no creo posible que los periodistas puedan ser objetivos al retratar la verdad de un hecho, lo que hacen es tomar una parte de esa “realidad” y plasmarla desde su propia perspectiva. Por lo tanto es una “realidad” parcial.
Ahora, introduciéndonos un poco en la situación que viven los periodistas en la actualidad es menos probable que la “realidad” se logre. Hoy día el periodismo no es lo que debiera ser, es decir lo que teóricamente debería ser, informar, lo más veraz posible, a la sociedad para guiarla a tomar decisiones o crear su propia opinión sobre un tema determinado de su interés.
El periodismo es un negocio, una industria que se vende u ofrece información al mejor postor, olvidando su ética profesional, ya sea por proteger su integridad o porque simplemente de aquella poco le queda, por no decir que la ha perdido.
La información que se publica en los medios no siempre es fiel al suceso, muchas veces es modificada según convenga los intereses de los directores del  medio o a sus “amigos”,  en otras ocasiones simple y sencillamente es omitida o cambiada una “realidad” por otra.
Hay que aclarar que no son directamente los periodistas o reporteros los responsables de esto, ellos están sujetos, como ya dije, a las decisiones de los directores, sin embargo muchos han optado por la corrupción, pues no es precisamente una profesión bien remunerada ni mucho menos valorada y tal parece que en este negocio todo es válido.
La empresa mediática no es un juego, dicen es el tercer poder y su influencia es amplia, que lastima que su perspectiva de “realidad” no lo sea, pues de sus narices no pasa.
Así en conclusión la realidad en el periodismo es parcial, primera por qué es imposible lograr capturarla y segunda por arbitraria pues depende del momento, la persona y los intereses de quien esté a cargo. Realidad periodística igual a negocio mediático.

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